jueves, 28 de junio de 2012

Morphine in the park

Supongo, acaso, que todo depende de tus propias adicciones.
Adicción a levantarse temprano, o tarde.
Adicción a subir las escaleras siempre por el lado izquierdo.
Adicción a esta o aquella música.
Adicción a ese especial tipo de alegría y de tristeza.
Adicción a cosas nuevas y antiguas.
Adicción a la tele, al compu,
a ese libro donde confluyen todos los libros.
Adicción a huir, a perderse,
o a enfrentar siempre al enemigo, aunque haya que inventarlo.
Adicción a la paz, adicción a la guerra,
a volver sobre tus pasos,
a seguir los pasos de otro,
a inventar los tuyos propios
     cada mañana,
              cada tarde,
                       cada noche.
Adicción a ganar, adicción a perder,
adicción a amar y a sufrir con ese amor,
adicción a correr, a bailar, a jugar,
a tocar en tu mente notas imaginarias, a silbar.
Adicción a algún tipo de adicción, ya sabes,
adicciones clásicas, de esas
que solo acallan o potencian las adicciones verdaderas.
Adicción al drama, y a esta trágica comedia que es la vida.
Supongo, acaso, que todos somos de alguna forma adictos,
así que dime, niña linda ¿compartirías tu adicción conmigo?

Favorita

Me levanto todos los días, y busco una tristeza que ponerme.
Un manto de silencio que me acompañe,
un precioso vacío y su suave caricia,
una ansiedad que mueva todo mi cuerpo
               toda mi mente
                       toda mi alma.
Todas las mañanas escojo una distinta,
aunque siempre has sido tu mi favorita.