Me levanto todos los días, y busco una tristeza que ponerme.
Un manto de silencio que me acompañe,
un precioso vacío y su suave caricia,
una ansiedad que mueva todo mi cuerpo
toda mi mente
toda mi alma.
Todas las mañanas escojo una distinta,
aunque siempre has sido tu mi favorita.
Me gustan mucho esos dos últimos versos.
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