viernes, 29 de abril de 2011

días extraños

Despiertas por la mañana y te espera ahí, apenas abres los ojos, esa extraña sensación en medio del pecho. En tu cabeza haces toda la complicada aritmética que implica buscar un pretexto, algo más o menos coherente, para quedarte tumbado y no hacer nada, tan solo dejar que el tiempo pase por pura inercia. A veces lo consigues, te das media vuelta y sigues mal durmiendo otro rato, pero eventualmente debes levantarte. A menos que encuentres alguna nueva excusa: una buena mala peli por internet, una serie de estas que no te deje pensar (cualquier cosa menos pensar). Pones música, limpias el baño, la cocina, barres, limpias el suelo, arreglas el salón, arreglas la habitación, lo que sea menos pensar. Sales a correr (eso siempre ayuda) y sudas un buen rato mientras corres intentando huir de ti mismo. Pero eso también acaba, y nunca ganas la carrera. De vuelta a casa, sabes que no has hecho nada en todo el día y vuelve la sensación, una ansiedad extraña que no sabes ubicar. Intentas leer algo pero nada, no puedes concentrarte. Intentas volver a tumbarte y dormir, pero bien sabes que este es un día de vigilia. Piensas entonces en un cigarro, en una cerveza, en algo que calme el vacío del pecho, cualquier cosa que te llene por dentro... Y en entonces ocurre... Comienza como un pequeño cosquilleo, luego una pequeña oleada, lenta, sin prisa, y de repente te sientes lleno de nuevo, con una espontanea tranquilidad que llega de no sabes donde, como llegó la ansiedad, como llegó el vacío. Días extraños estos que llegan sin previo aviso, que pasan con su estela de tristeza pero que pasan al fin y al cabo, como siempre imparables pasan los días.

miércoles, 20 de abril de 2011

Dibujo Madrid

La escena comienza, y comienzan quince minutos de reloj.
Quienes vienen a dibujar se sientan en silencio, mirando como quien mira el mar a los que hoy se han ofrecido para estar ahí, en un momento de incontable inmovilidad.
Puede que afuera la vida siga su curso, pero aquí, en este momento, se detiene el tiempo. Y todos saltamos feroces contra el papel en blanco, para llenarlo de nuestra forma de ver la escena, del detalle que más nos atrae, de la sombra y la luz en el rostro de las personas.
La música de fondo termina de llenar el ambiente de esta bóveda despedazada que nos rodea, que poco a poco se ha convertido en nuestro escape sagrado semanal.
El ceño fruncido mientras el lápiz rasga el papel.
La mente en blanco mientras la página se llena.
De repente se escucha el grito: "Tiempo",
y lentamente regresamos a la realidad.
Aplaudimos todos,
celebramos nuestro pequeño instante de creación compartida,
y luego, a cambiar de página.
La escena comienza, y comienzan quince minutos de reloj.

jueves, 14 de abril de 2011

Y en medio de todo...

Suena la alarma, te levantas y al baño a ducharse, pones el café, unos huevos, desayunas a toda prisa, saltas a la calle con los audífonos bien puestos, saludas al portero, saludas al de la tienda, sigues caminando, llegas al metro, corres para alcanzar el tren, llegas a Canal, corres para alcanzar el otro tren, llegas a Sol, sales a la plaza, disfrutas cinco segundos de sol en la cara, llegas a clase de francés, bon jour, ça va bien?, tres bien, merci, de nuevo a la calle, caminas por la Puerta, vas hacia Santa Ana, caminas por Atocha, fumas un cigarro, llegas a la biblioteca, leer, seguir leyendo, tomar apuntes, caes en el agobio: la tesis nunca acaba, sales a comer, una hamburguesa, un bocadillo, otro café, de vuelta al ordenador, esta vez escribes, sigues tomando apuntes, te evades en facebook, te evades en el correo electrónico, vuelves a trabajar, el tiempo pasa demasiado rápido: tantas cosas por hacer, llega la noche, saltas de nuevo a la calle, los ojos cansados, el cuerpo esta muerto pero no quiere descansar, así que a un bar, una caña, tal vez un vino, caminas, tomas el autobús, media hora entre señoras con abrigos de piel, llegas a casa, cortas un tomate, haces un filete, un par de horas más en el ordenador, alguna serie, luego a dormir...

Y en medio de todo, el silencio.