miércoles, 20 de abril de 2011

Dibujo Madrid

La escena comienza, y comienzan quince minutos de reloj.
Quienes vienen a dibujar se sientan en silencio, mirando como quien mira el mar a los que hoy se han ofrecido para estar ahí, en un momento de incontable inmovilidad.
Puede que afuera la vida siga su curso, pero aquí, en este momento, se detiene el tiempo. Y todos saltamos feroces contra el papel en blanco, para llenarlo de nuestra forma de ver la escena, del detalle que más nos atrae, de la sombra y la luz en el rostro de las personas.
La música de fondo termina de llenar el ambiente de esta bóveda despedazada que nos rodea, que poco a poco se ha convertido en nuestro escape sagrado semanal.
El ceño fruncido mientras el lápiz rasga el papel.
La mente en blanco mientras la página se llena.
De repente se escucha el grito: "Tiempo",
y lentamente regresamos a la realidad.
Aplaudimos todos,
celebramos nuestro pequeño instante de creación compartida,
y luego, a cambiar de página.
La escena comienza, y comienzan quince minutos de reloj.

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